El primer largometraje documental de Libor Cinegr, Sběratelé kratomu (Los coleccionistas de kratom), que recientemente recibió el Premio del Público en el prestigioso festival Academia Film Olomouc (AFO), es mucho más que una simple exploración de una controvertida sustancia herbal; es una investigación cinematográfica sutil y convincente sobre la intersección de los remedios tradicionales, las ansiedades modernas y las complejidades de las políticas de drogas. Cinegr, una voz fresca proveniente de la Universidad de Silesia en Opava, ha creado una película que es a la vez científicamente inquisitiva y artísticamente resonante, convirtiendo con éxito su tesis de licenciatura en una experiencia visual cautivadora.
La fortaleza del documental reside en su enfoque multifacético. Cinegr no se limita a presentar un argumento a favor o en contra del kratom. En cambio, se embarca en una odisea geográfica e intelectual, llevando al público desde las exuberantes plantaciones de Indonesia, donde el árbol Mitragyna speciosa prospera y sus hojas se cosechan y procesan, hasta los paisajes urbanos de Praga y Olomouc, donde el kratom se consume, se debate y, ahora, se regula. Este viaje proporciona un contexto vital, fundamentando los debates, a menudo abstractos, sobre el kratom en realidades tangibles: el sustento de los recolectores, las diversas experiencias de los usuarios y las investigaciones científicas sobre sus efectos.
La mirada de dirección de Cinegr es perspicaz, capturando los entornos contrastantes con un profundo sentido del lugar. Las secuencias indonesias son ricas en detalles naturalistas, destacando los usos tradicionales y la importancia cultural de la planta. En contraste, los segmentos filmados en la República Checa están imbuidos de una urgencia contemporánea, reflejando la creciente popularidad y el consiguiente debate social. La película no rehúye mostrar la «naturaleza dual» del kratom, como bien describe la sinopsis de AFO. Observamos testimonios de personas que lo elogian como una ayuda natural para el alivio del dolor, la ansiedad e incluso la abstinencia de opioides, ofreciendo vistazos a vidas que podrían mejorar gracias a su uso. Simultáneamente, el documental reconoce las preocupaciones y críticas, insinuando sutilmente el potencial de mal uso y la necesidad de rigor científico para comprender sus efectos a largo plazo.
La estructura de la película es particularmente efectiva. Intercalando imágenes de observación con entrevistas a expertos, Cinegr crea un diálogo equilibrado. La inclusión de la proyección del 17 de enero dentro del propio documental —con una actuación musical en directo (que sugiere una conexión con una subcultura o grupo de usuarios en particular) y una mesa redonda con científicos, trabajadores sociales y especialistas en adicciones— añade otra capa de metanarrativa. Nosotros, los espectadores de la película de Cinegr, presenciamos cómo un público del universo interactúa con el mismo tema que exploramos. Este ingenioso enfoque subraya la naturaleza continua y cambiante del debate sobre el kratom.
El documental adquiere una profundidad significativa al centrarse en el singular panorama regulatorio de la República Checa. La película detalla minuciosamente el fascinante caso en el que, en lugar de recurrir a una prohibición total, el gobierno, encabezado por el Coordinador Nacional de Políticas de Drogas, Jindrich Voboril, optó por un enfoque novedoso: clasificar el kratom como una «sustancia psicomodular». Esta sección de la película es particularmente reveladora, ofreciendo un estudio de caso sobre políticas de drogas pragmáticas que contrasta marcadamente con las posturas, a menudo más prohibicionistas, que se observan en otros lugares. El documental no se limita a informar sobre esto, sino que profundiza en la lógica que lo sustenta, presentando al propio Voboril y destacando sus dos décadas de experiencia en el manejo de las complejidades de la regulación de drogas. Esto proporciona un contrapunto crucial a las narrativas, a menudo polarizadas, en torno a las sustancias psicoactivas.
Monika Horsáková, editora literaria y directora de producción de la película, señala con agudeza el consenso de los expertos sobre la necesidad crucial de una educación pública equilibrada. «Los Coleccionistas de Kratom» parece ser una respuesta directa a esta necesidad. Al presentar diversas perspectivas y fundamentar el debate en la investigación científica y las experiencias personales, la película evita el sensacionalismo y fomenta una comprensión más informada del kratom. Las proyecciones previstas en festivales, las retransmisiones televisivas y las posibles proyecciones escolares sugieren una clara intención de contribuir a este crucial discurso público.
La inclusión del debate posterior a la proyección entre expertos en kratom, que Cinegr tiene previsto publicar como parte del montaje, refuerza el compromiso de la película con el diálogo continuo. Sugiere que «The Kratom Collectors» no pretende ser la última palabra sobre el kratom, sino un catalizador para el aprendizaje y el debate continuos.
En conclusión, Sběratelé kratomu es un documental convincente e importante. Libor Cinegr ha creado con maestría una película que trasciende el formato típico de «documental sobre drogas». Es una exploración profunda de una sustancia botánica compleja, su significado cultural, sus posibles beneficios y riesgos, y las formas contrastantes en que las sociedades deciden regularla. El premio AFO a la película es bien merecido, no solo por su mérito artístico, sino también por su oportuna y sutil contribución a una conversación global crucial. Es una película que, sin duda, generará un mayor diálogo y animará a los espectadores a mirar más allá de las etiquetas simplistas y a involucrarse con la realidad multifacética del kratom.